Pedro Calderón y la Sinfónica en el Cervantes

Pedro Calderón y una Perla cada Año

(CRart. & E.) por Cecilia Rojo

Buenos Aires-13/12/07

Anoche tuvo lugar, uno de los últimos conciertos de la temporada 2007 de la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida en esta oportunidad, por el Mtro. Pedro I. Calderón en el tradicional Teatro Cervantes. La entrada fue libre y gratuita. Las entradas fueron anticipadas para quienes no querían perderse la función.

"Tarco en flor" de Luis Gianneo, marcó el inicio del concierto con una introducción marcada por la densidad sonora de manera pictórica y climas cambiantes que iban "in crescendo" en las cuerdas y con mucho cuerpo en la percusión, que más adelante, descansó en un tempo de vals. Sin duda una obra deliciosa y estilista a la que el Mtro. Calderón supo sacarle lo mejor. A continuación le siguió el Cocierto para Chello y orquesta en Mi menor op. 85 de E. Elgar.

En esta oportunidad, la perla cobró brillo en la figura de la chellista Miriam Santucci, con una labor espectacular llevada a cabo en el concierto juntoa la orquesta, apasionada y visceral se mostró al desnudo en una actuación dramática, sentida y como en una interpretación matemática, esta obra le permitió a la artista, lucir su arte y sacar afuera su más íntimo espríritu al igual o mayor que el que hubiera pensado el mismo Elgar para su obra. !Impresionante!

Al parecer, el Mtro. nos acostumbra cada año a ésta sorpresa, ya lo había hecho en Noviembre del 2006 con "Tzigane" Rapsodia para violín y orquesta de Maurice Ravel, interpretada en aquella oportunidad por el solista: Martín Fava, quien deslumbró al público por su interpretación en el violín, al cual parecía hablarle, la ovación para ambos, rompió el aliento contenido del público.

Para concluir el Mtro. dirigió de Pyotr I. Tchaikovsky la Sinfonía Nº 6 en Si menor, Op. 74, Patética, que por supuesto levantó el vuelo del público, con un clásico que matizó en un todo, la nostalgia, pasión y entereza, expresada en la fuerza orquestal y el punto justo que le dá su director: Pedro. I. Calderón, quien agradecido por el aplauso del público saludó varias veces.

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